Un estilo educativo marista
El Carácter Propio dado por la Institución Titular, los Hermanos Maristas, define con claridad la identidad de nuestro Colegio como: un Centro católico que la Iglesia ofrece a la sociedad para promover la formación integral de sus alumnos y alumnas según el estilo de san Marcelino Champagnat.
Esto implica educar de acuerdo con una concepción cristiana de la persona, de la vida y del mundo.
La escuela marista se define como un lugar de aprendizaje, de vida y de evangelización en el que los alumnos aprenden progresivamente a armonizar fe, cultura y vida. Nuestro Colegio pretende formar «buenos cristianos y honrados ciudadanos», en expresión del propio Marcelino Champagnat.
Como escuela católica de tradición marista, adopta el principio de educar a los niños y jóvenes a la manera de María, la Madre de Jesús. Presentamos a María como modelo de educadores y educandos en su predilección por la sencillez, el trabajo y la vida de familia.
Optamos por un modelo de educación integral que abarca todos los ámbitos de la vida personal, familiar, social y profesional y todas las dimensiones de la persona. La educación en el sentido de la trascendencia ocupa un lugar destacado en esta propuesta de educación integral.
Intenciones Educativas:
Proponer una educación integral, que tenga en cuenta todas las dimensiones de la persona: conocimientos, destrezas, desarrollo físico, desarrollo afectivo-emocional, aceptación de unos valores esenciales... y que abarque los distintos ámbitos de la vida humana: el personal, el familiar, el social, el profesional y el medioambiental.
Desarrollar una educación en valores que ayude a nuestros alumnos a ser felices, a realizarse plenamente como personas y a implicarse en la transformación y mejora de la sociedad.
Despertar en ellos una visión cristiana y creyente de la vida y del mundo.
Conseguir que sean protagonistas de su propio proceso de enseñanza-aprendizaje, empleando una metodología activa y participativa y procurando que se impliquen en dicho proceso.
Ayudarles a crecer y madurar como personas, potenciando las capacidades de cada uno y acompañando su desarrollo desde una atención personalizada y una presencia cercana de los educadores.
Desarrollar en ellos una «cultura del esfuerzo», del trabajo diario bien hecho, de la constancia y la fuerza de voluntad para la superación de las dificultades.
Acompañar su proceso de crecimiento, buscando una implicación directa de los padres y una colaboración estrecha de éstos con el Centro.
Educar para la vida, proyectando nuestra acción educativa más allá del aula.
Organización y gestión:
Los Hermanos Maristas, titulares del Colegio, dan las referencias últimas sobre los principios educativos y, por medio del Director General y del Equipo Directivo, llevan el gobierno y la gestión del Colegio dentro de sus competencias, garantizando la conexión institucional y la acción conjunta con los demás colegios maristas de nuestra Provincia Ibérica.
En las etapas educativas que hay integradas en el Colegio, el coordinador de cada etapa y las respectivas Comisiones de Coordinación Pedagógica animan la tarea educativa que luego se impulsa a través de los Equipos de Ciclo (Infantil y Primaria) y los Departamentos Didácticos (Secundaria). El Claustro de Profesores se responsabiliza de la coordinación general de la tarea educativa.
Los profesores tienen un papel fundamental en la tarea colegial. Son los primeros responsables de promover la acción educativa del Centro en coherencia con el Carácter Propio y el Proyecto Educativo del mismo.
El órgano más característico para ejercer la participación y la puesta en común de las diversas responsabilidades colegiales es el Consejo Escolar. Es el espacio natural de participación en la gestión del Centro porque reúne a los distintos estamentos de la Comunidad Educativa.